Ulaca, la ciudad más importante de los vettones
Ulaca es uno de esos hitos reconocibles de nuestro pasado prerromano, especialmente la imagen de su famoso altar con la escalera tallada en la roca. El tamaño del yacimiento y su buen estado de conservación ha hecho que, además, haya podido ser bien estudiado al menos en cuanto a sus restos se refiere. Como explicaré más adelante, Ulaca fue abandonada en el siglo I a.C. y no volvió a ser ocupada jamás por lo que todos los restos que hoy podemos contemplar se corresponden directamente con su pasado indígena, al contrario de lo que ocurre en otros yacimientos como Numancia donde está muy presente la huella romana o incluso de épocas posteriores.

Reconstrucción de Ulaca según uno de los paneles del yacimiento
Con más de 60 hectáreas de extensión y una población presumiblemente de unos 1500 habitantes, Ulaca es sin duda la ciudad más grande conocida de los vettones y por extensión, la más importante. Está situada en lo alto de una cumbre amesetada desde la que se ve todo el Valle del Amblés, justo en la Sierra de la Paramera. En los alrededores se han encontrado varios manantiales naturales y en uno de ellos, llamado «Fuente del Oso», se encontró un toro de granito -uno de los famosos verracos vettones- que actualmente puede verse en la iglesia de Solosancho.
Quizá Ulaca fue una especie de «cabeza» de mercado regional, el lugar en el que se encontraban artesanos, ganaderos y agricultores para intercambiar sus productos. De hecho, en el interior de la ciudad se han encontrado evidencias de talleres textiles, cerámicos y metalúrgicos bien diferenciados y con su espacio propio.
Ulaca se descubre
Las primeras noticias acerca de la existencia de Ulaca aparecen a finales del siglo XIX, en 1896, pero no será hasta unos años después, en 1901, cuando Gómez Moreno realice la primera descripción exhaustiva del yacimiento. En los años 30 se trazaron los planos de la muralla y de algunas estructuras que llevaron a que en la siguiente década se llevaran a cabo algunos sondeos arqueológicos. Será ya a partir de los años 90 cuando se emprendan prospecciones sistemáticas y estudios que duran hasta nuestros días.
A pesar de la gran extensión de terreno, éste no estaba habitado en su totalidad debido a los desniveles del terreno y a zonas que parecen haber estado reservadas para que pastara el ganado. Además, teniendo en cuenta que fuera de la muralla también han aparecido viviendas dispersas, es lógico pensar que hubiera espacio dentro de la zona amurallada para poder proteger a esas personas en caso de peligro.
La ciudad de Ulaca
- La muralla: la línea de muralla que rodea la ciudad va adaptándose al terreno en una perfecta combinación entre mano de obra humana y naturaleza. Existen nueve entradas o cuanto menos, nueve interrupciones en la muralla de las cuales se conservan dos puertas: la noroeste, que parece haber sido la entrada principal ya que estaba protegida a su vez por varias líneas de muralla, y la noreste. No parece haber tenido una función puramente defensiva, ya que incluso hay tramos en los que se ve reforzada por los propios escarpes del terreno, por lo que seguramente se trataría de un elemento de prestigio y de delimitación de territorio.
- Las casas: se han hallado unas 250 casas sin contar las que se encuentran dispersas fuera de la muralla. No siguen un patrón urbanístico ni hay calles formadas debido a que están situadas de forma que van salvando los desniveles del terreno. Sus formas son cuadradas o rectangulares y las medidas abarcan desde los 50 m2 hasta los 150 m2. Suelen dividirse en dos o tres estancias: una de ellas sería donde se situaba el hogar y por tanto, la zona de mayor habitabilidad. Las otras estancias bien podrían ser almacenes o el lugar donde se dormía. Además, algunas casas presentan prolongaciones de sus muros que hacen pensar en porches, zaguanes o quizá corrales.
El 70% de las casas tienen la puerta de entrada orientada hacia el este, seguramente para aprovechar al máximo la luz natural ya que los muros no presentan evidencias de la existencia de ventanas. El interior, por tanto, estaría siempre umbrío a excepción de la zona iluminada por el fuego del hogar. Existen grupos de viviendas de mayor tamaño y adosadas unas a otras cuya función aún no está clara: podrían ser espacios colectivos o quizá residencias de la élite. - Altar de sacrificios: el conocido altar de Ulaca consiste en una estructura de piedra de 16×8 metros en la que existe una escalera tallada en la roca que conduce a una plataforma con concavidades y canalizaciones. Se cree que se realizaban sacrificios animales sobre esta plataforma y que mientras se quemaban las entrañas en una concavidad, la sangre se derramaba en otra haciendo que cayera hacia abajo guiada por las canalizaciones.

Altar de sacrificios (imagen de Iberia Mágica)
Aunque no hay datos que lo demuestren, es posible que la ubicación del altar no sea aleatoria ya que desde él se ve la cumbre más alta de la Sierra de la Paramera y quizá esto se relacione con algún fenómeno celeste. Sí existen marcadores astronómicos en el poblado y en torno al altar. Por ejemplo, la pendiente de las escaleras apunta hacia el lugar donde ilumina el sol en el solsticio de invierno, evento natural que sabemos que celebraban los pueblos celtibéricos por estudios en otros yacimientos que lo confirman. Existe además una cueva al pie de la ladera en la vertical del santuario que puede tener una simbología iniciática o de entrada al Otro Mundo.
- Sauna: la estructura de piedra cercana al altar se ha interpretado como una sauna iniciática debido a su forma y también por la comparación con las saunas del noroeste de la Península Ibérica y las propias palabras de Estrabón al respecto. Presenta tres partes: una cámara para el horno, otra para recibir el vapor y que cuenta con un banco corrido excavado en la piedra y una antecámara quizá para prepararse antes de entrar.
- Atalaya: existe un edificio en forma de torre rodeado por una muralla desde el que se divisa prácticamente toda la ciudad y también los accesos de entrada. Se ha interpretado como una atalaya de vigilancia pero algunos autores creen que podría tratarse de la residencia de un importante miembro de la élite local.
- Necrópolis: las excavaciones ilegales en la necrópolis han provocado que no se hayan encontrado demasiados materiales. El hallazgo más interesante es el que se llama Tumba del Corte 13 y consiste en dos enterramientos, uno encima del otro, en los que se han encontrado varios recipientes cerámicos, restos óseos humanos y también restos animales y cereales. También han aparecido cuentas de collar vítreas y piezas como una vaina de puñal y un cuchillo. Es curioso que en cada enterramiento, la tipología cerámica es distinta, lo que nos hace pensar que existían diferencias entre uno y otro. Por desgracia, aún no se ha podido dilucidar a qué podía corresponder esa diferencia. ¿Sexo, condición social, edad?
- Canteras de granito: existen dos canteras: una situada al oeste, de la que se obtendrían los sillares para las casas, y otra ubicada al suroeste, de la que se tallarían las piedras para la muralla. Las canteras constituyen uno de los espacios más evocadores de Ulaca: los bloques a medio extraer, a medio tallar o incluso ya terminados parecen esperar a que de un momento a otro los artesanos regresen a continuar con su trabajo.
La economía
La economía de los habitantes de Ulaca sería seguramente autárquica, esto es, que consumían lo que tenían y producían lo que creían que iban a necesitar. Se dedicaban principalmente a la ganadería y a la agricultura, aunque ésta última en menor medida ya que apenas el 31% del terreno es cultivable y se encuentra algo alejado de la ciudad. La superficie dedicada a los pastos, sin embargo, es del 60%. La preeminencia de la ganadería por encima de la agricultura la podemos constatar en la arqueología, ya que apenas han aparecido útiles agrícolas. Sí han aparecido sin embargo molinos y restos de cereal.
La ganadería se basaba en vacas, ovejas, cabras, cerdos y caballos, predominando por encima de todo los bóvidos. Además, se complementaría con animales que podrían cazar en los bosques cercanos: ciervos, jabalíes y consejos.
Respecto a la artesanía y como he comentado antes, existen zonas diferenciadas para los talleres de cerámica y textil. La zona dedicada a la metalurgia está bien delimitada y separada de las viviendas, quizá para evitar posibles peligros e incendios derivados de los hornos de fundición.
Y Ulaca queda abandonada…
La conquista y consolidación de las estructuras romanos fue casi con seguridad la causa del abandono de Ulaca a finales del siglo I a.C. Quizá sus habitantes se fueron forzados a marcharse ante las órdenes de Roma de abandonar las ciudades elevadas y fortificadas para trasladarse a la llanura y prescindiendo de cualquier tipo de muralla.
Algunos autores creen que el lugar al que se marcharon los habitantes de Ulaca fue a la ciudad vettona de Obila (Ptolomeo, 2, 5, 7), identificada con la actual Ávila. Esta teoría viene reforzada por la aparición de restos indígenas de la Edad de Hierro en torno a la catedral de Ávila y también por la existencia de verracos alrededor de la ciudad que podrían estar actuando de delimitadores territoriales.
Ulaca no volvió a habitarse desde que sus habitantes se marcharon y tan sólo se ha descubierto hasta la fecha un poblado hispano-visigodo en sus alrededores. Gracias a eso, hoy podemos disfrutar directamente de los restos vettones y no solamente imaginar esa ciudad llena de vida y actividad, sino también deleitarnos con el maravilloso paisaje que la rodea.
Para terminar, aquí os dejo el tema «Ulaka, el último oppidum» que Keltika Hispanna dedicó a esta ciudad:
BIBLIOGRAFÍA
ÁLVAREZ SANCHÍS, J. (2008), El oppidum vettón de Ulaca (Solosancho, Ávila) y su necrópolis en Arqueología vettona: la meseta occidental en la Edad de Hierro, Museo Arqueológico Regional de Madrid
RUIZ ZAPATERO, G. (2005), Guía del castro de Ulaca, Diputación General de Ávila