Los dioses de la guerra
Los celtas de la Península Ibérica vivían en una realidad absolutamente relacionada con la guerra, ya fuera en forma de pillaje a otras tribus o en enfrentamientos directos con ellas y después, con invasores como los romanos o los cartagineses. No es de extrañar por tanto encontrar varios dioses de la guerra, divinidades que solían recibir ofrendas relacionadas con el macho cabrío, el toro o el caballo, animales habitualmente relacionados con el Inframundo, con la fuerza y con el poder. He intentado catalogar algunas de estas divinidades, o al menos aquellas de las que existe más información, y he procurado buscar aquellas características que las diferencian unas de otras.
Dioses de la guerra
Cariocecus
La divinidad Cairiogiegus, también llamada Cariecus y Cariociegus, viene atestiguada por ser un epíteto que se le da a Marte en la Península Ibérica, más concretamente en la zona enmarcada entre los ríos Miño y Limia. Se desconoce por completo la naturaleza de esta divinidad más allá del sincretismo con el dios romano.
Esta divinidad es una muestra más del llamado «Marte indígena«, es decir, estamos ante una divinidad guerrera de tantas que se han encontrado en la península como Cosus o Bandua, todas ellas guerreras. Respecto a lo que Estrabón escribió sobre el Ares de los lusitanos, hay estudios que lo han relacionado más con Cosus pero igualmente podría haberse referido a Cariocecus, pues tiene los mismos atributos.
En conclusión, de Cariocecus no conocemos nada más allá de su relación con la guerra. Su vinculación con los sacrificios de cabras, caballos y prisioneros es altamente posible (de hecho a muchos dioses de la guerra indoeuropeos se le sacrificaban esos animales). Aún así, este es uno de tantos dioses del que tan sólo nos queda una breve referencia.
Cosus
También llamado Cossuenidoiedius y Cossuesegidiaecus, es el dios de la guerra supralocal del noroeste de la Península Ibérica. Lo poco que sabemos de Cosus lo conocemos gracias a la epigrafía y su asimilación con Marte por lo que se cree que Cosus es el Ares del que Estrabón nos habla en su Geografía:
«Se alimentan principalmente de carne de cabrón y sacrifican a Ares un chivo, prisioneros de guerra y caballos. También hacen hecatombes al modo helénico (…). Realizan concursos sin armas y con armaduras y a caballo, comprendiendo el pugilato, la carrera, el combate en escaramuzas y en bandas» (III, 3, 7).
Si tenemos en cuenta la visión de Estrabón, este tipo de sacrificios y su descripción era una manera de reafirmar la barbarie de los pueblos extranjeros, pero aún así hay cierta verdad en su descripción. Sabemos que los chivos y los caballos eran sacrificios hechos a dioses principalmente guerreros y que la costumbre de sacrificar al dios de la guerra los prisioneros hechos en batalla estaba extendida también en la Galia. Por eso, y aún manteniendo cierta cautela, los sacrificios a Cosus serían probablemente éstos o muy parecidos.
Estrabón nos habla también de los juegos y ejercicios que hacían las tribus del norte, y debido al carácter guerrero de Cosus y a que Ares era el patrón de las cofradías guerreras comunes en toda la zona indoeuropea, es posible que estas actividades se dedicaran a este dios o que fuesen parte del entrenamiento de un grupo guerrero del que Cosus sería el dios patrón. Conocemos otros atributos de Cosus gracias a lo que la epigrafía nos ha dejado. En el nombre de Cossuesegidiaecus encontramos la raíz coso– y la raíz –seghseghi (sujetar, vencer), que también aparece en celta y germánico como seghos (victoria). Esta raíz pone a Cosus en relación con el epíteto Segomo del dios Marte y con la diosa Segomana, ambos dioses dadores de la victoria. También la relación de segh– (sujetar) podría interpretarse como una muestra del poder de inmovilizar a los enemigos, características compartidas por diversos dioses de la guerra.
Cosus es entonces un dios guerrero, violento, dador de la victoria y causante del terror inmovilizador en el enemigo. También es probablemente el patrón de los guerreros y las cofradías guerreras del norte de la península ibérica.
Trebaruna
Es una importante divinidad en la zona de Galicia y de Portugal por detrás de Ataecina y Endovélico. Su nombre viene del celta y quiere decir algo parecido a «hogar secreto», por lo que se ha deducido que podría tratarse de una diosa encargada de la protección del hogar. Posteriormente, los romanos la asociaron a su diosa Victoria, lo que se conoce gracias a la dedicatoria de un soldado estudiada por el especialista en mitología lusitana Leite de Vasconcelos.
Algunos autores han querido ver en el simbolismo de Trebaruna algo más que la protección del hogar, identificándola con la protección de toda una tribu o grupo humano unido por algo más que lazos sanguíneos. Trebaruna ha sido asociada en varias ocasiones a la diosa celta Morrigu en cuanto a protectoras del clan, por lo que podemos ver que esta diosa a menudo aparece vinculada también a la batalla y a la guerra, a la muerte honrosa en el combate.
Netón
Era el dios solar de la guerra adorado tanto por íberos como celtas. Sabemos de este dios gracias a lo que Macrobio nos ha dejado escrito sobre él y la epigrafía. Macrobio hace referencia al dios Neton así:
“También los accitanos, pueblo de Hispania, adoran con la máxima devoción una estatua de Marte adornada con rayos, a la que denominan Neton».
Esta asimilación con el dios Marte nos muestra que Netón era un dios guerrero.
Esta afirmación viene asegurada además por la etimología y la mitología comparada. La palabra Netón probablemente viene de la raíz céltica “neto” que significa «guerrero». Este origen de la palabra hace que muchos expertos hayan relacionado a Netón con el irlandés Net, un antiguo dios bélico. Netón fue venerado en casi toda la península: desde Condeixa-a-Velha, en Trujillo y en Botorrita está atestiguado este dios en el bronce del mismo nombre.
Según las fuentes que nos han llegado sabemos que Neton es un dios de carácter solar y era representado en la zona íbera, entre bastetanos, como un dios rodeado de rayos probablemente del Sol. Este carácter astral del dios de la guerra es compartido con varios dioses de la península como Tileno o Cosus. Debido a su carácter solar y sus atributos guerreros es altamente probable que el toro fuera el animal asociado a este dios.
Al igual que con el resto de dioses guerreros, su culto es bastante misterioso pero podemos suponer que no sería muy diferente al del resto de divinidades guerreras célticas peninsulares.
Otros dioses de la guerra
No son los únicos, hay algunos más de los que tan sólo conocemos su nombre, y además también se podría incluir en el listado a Vaélico. No es un dios de la guerra propiamente dicho pero sí tiene relación con los guerreros, siendo este dios el encargado de conducir a los guerreros muertos en la batalla hasta el Inframundo y además, patrón de las cofradías guerreras y las iniciaciones que en éstas se hacían. Baraecus, protector de las murallas del poblado, o Bandus, socio de Marte que ata a los enemigos y cuyos epítetos son «fuerte y victorioso», serían otras dos deidades que los guerreros celtibéricos quizá incluían en sus plegarias antes de lanzarse a la batalla.
Muy buen artículo y muy aclaratorio, lo reblogueo y ya veré como, pero me lo guardo.
Yo personalmente, además de los mencionados y como «extra» a Vaélico, hubiese incluído también a Baraecus (como protector del poblado y de las murallas, y probablemente de los que están tras ellas o incluso EN ellas, vigilando y protegiendo, así como relacionado con los guerreros iniciados) y a Bandus, el cual a pesar de su función de ligadura en todos los sentidos, tiene una asociación guerrera clara en la epigrafía, especialmente en aquella que se le asocia a Marte.
¡Gracias por el artículo!
Tus acertadas sugerencias son una prueba más de la importante presencia de la guerra en la sociedad celta peninsular. Sin embargo, para no recargar el artículo, he decidido seleccionar a aquellos vinculados de una forma más directa incluyendo a algunos menos conocidos como Cariocecus.
En cuanto a la protección de los habitantes del poblado de forma directa, ésta sería una función más propia de Trebaruna, quedando Baraecus como guardián de las murallas. Digamos que se reparten la protección, jajaja.
¡Gracias por tu aportación!
No te falta razón, y lo he pensado, simplemente pensé en algo (más allá de la relación de Baraecus con las iniciaciones guerreras), y es que su patronato probablemente se extendería, como mínimo, a una sección guerrera del poblado: la de aquellos que vigilan la muralla y están tras ella, frente a ella o sobre ella :).
Pero sí, a no recargar artículos es algo que debo aprender xD.
Reblogueó esto en Nemeton Corvus Bruxoy comentado:
Un buen artículo sobre las diferentes facetas que podemos encontrar en Dioses de funciones similares pero que, a pesar de que existen probablemente por ser la deidad de misma función en diferentes pueblos, podemos aúnar (sin sincretizar) y encontrarles atributos especializados dentro de dicha función (en este caso, la guerra).
¡Gracias, Tigerna Laura!