Los depósitos de armas en las aguas

Algunos de los objetos que más llaman la atención en la vitrina de un museo suelen algo como esto:

espada doblada

Espada encontrada en la necrópolis de Viñas Portiguí, Uxama (Soria). MAN.

Cabe preguntarse por qué gentes tan dedicadas a la guerra como los habitantes de la Península Ibérica maltrataban de esta manera sus armas y sobretodo, qué sentido tenía arrojarlas después a depósitos fluviales o lacustres o incluso enterrarlas así con sus dueños, como es el ejemplo de la espada de la imagen.  Si estas gentes, además, creían en una vida más allá de la muerte, ¿por qué destruían y deformaban sus armas? ¿No les serían útiles en el Otro Mundo, conforme a su idea respecto al Más Allá? Esta costumbre documentada desde el Bronce Final puede explicarse recurriendo a dos aspectos característicos de los pueblos prerromanos que habitaron la Península Ibérica: el culto a las aguas y el valor ritual de las armas.

El culto a las aguas

El agua es un elemento muy presente en la religión celtibérica como forma de transición entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos al igual que sucede en otras áreas celtas de Europa. De hecho, sabemos de la existencia de divinidades acuáticas relacionadas con el Más Allá como Nabia o Airón, guardianes entre mundos. Este último estuvo vinculado durante siglos a la desaparición de gente que caía accidentalmente a lagos o pozos, dando lugar a leyendas acerca de personas que eran secuestradas por Airón y llevadas al Otro Mundo. Respecto a Nabia, su identificación con los ríos denota su vinculación a éstos dentro de la polifuncionalidad de esta divinidad además de la etimología de su nombre que viene a significar «con forma de barco» o «barquera»(1), aludiendo quizá al aspecto psicopompo de la diosa y recordándonos inevitablemente al barquero Caronte de la mitología griega. Como reminiscencia, encontramos en el norte peninsular, zona del antiguo culto a Nabia, numerosas advocaciones a la Virgen de la Barca. Quizá las famosas xanas asturianas y las lavandeiras gallegas hundan las raíces de sus leyendas en estos cultos ancestrales a las aguas y su conexión con el Más Allá.

La Diadema de Moñes. MAN.

La arqueología también nos ofrece información acerca de la importancia de las aguas como elemento de transición entre mundos. En la Diadema de Moñes vemos una escena en la que varios guerreros a caballo cruzan sobre una corriente de agua acompañados por aves y peces, todo un simbolismo relacionado con el Inframundo que no sólo encontramos en la Península Ibérica sino que tiene su reflejo en otras sociedades celtas como la gala, la irlandesa y la bretona. Unas figuras que sostienen calderos nos recuerdan al famoso Caldero de Gundestrup, donde el dios Cernunnos resucita guerreros introduciéndolos en el agua.

El valor ritual de las armas

Si hay algo que conocemos bien acerca de los pueblos celtibéricos tanto por la arqueología como por las fuentes iconográficas y las crónicas grecorromanas es la suma importancia que daban a los ideales guerreros, basados por encima de todo en la muerte en combate para asegurarse el paso al Más Allá. La guerra era necesaria no sólo para la subsistencia y el prestigio social, sino que constituía un acto ritual en sí mismo, lo que explica que siempre se mantuvieran activos en este sentido: las guerras contra Roma, los saqueos a otros territorios, las monomaquias, el mercenariado… Lo importante era vivir y morir peleando para alcanzar la máxima gloria y honor.

Soliferrum de la necrópolis de El Altillo, Aguilar de Anguita (MAN)

Partiendo de esa base, no es extraño que las armas en sí tuvieran un valor ritual más allá del sentido práctico. Vemos en las fuentes la fuerte resistencia que los celtibéricos ponen cuando los romanos les obligan a entregar las armas (2) y autores como Polibio, Floro y Orosio nos cuentan que estos guerreros preferían la muerte antes que deshacerse de sus espadas (3). Las armas tenían así un fuerte componente simbólico que representaba sus valores éticos basados en el ejercicio de la guerra y lo que ello conllevaba. Con la espada en la mano no sólo eran capaces de conseguir sus medios de subsistencia y defender a los suyos, sino que se aseguraban el paso al Otro Mundo imbuidos de honor y bravura.

Significado de las armas inutilizadas en ríos y lagos

Una vez que sabemos todo lo anterior, podemos extraer teorías acerca del porqué de estos depósitos de armas inutilizadas en las corrientes fluviales. La destrucción ritual de armamento suele estar ligada a contextos funerarios; en este artículo tratamos sobre las armas aparecidas en los ríos pero también han aparecido en tumbas. El análisis de estas armas inutilizadas ha dejado ver que esta destrucción era premeditada y no resultado del uso: aparecen perforadas y dobladas deliberadamente tras ser calentadas previamente al fuego. Los elementos perecederos (fundas de cuero, mangos de madera, etc…) seguramente serían destruidos también mediante el fuego, elemento purificador.

Esta actuación se asocia tradicionalmente a las élites militares en base a los ajuares que acompañan en las tumbas a dichas armas y tiene precedentes en la cultura de los Campos de Urnas y también en santuarios galos. En la Península Ibérica encontramos la máxima expresión de esta práctica en la necrópolis de Numancia, donde se llevó a cabo una destrucción sistemática y minuciosa de todas las armas. Deformar e inutilizar un arma no significa más que “matar” ritualmente a dicha arma, destruyendo su parte física de la misma manera que muere la parte física del guerrero que la ha utilizado.

¿Qué ocurre entonces con las armas deformadas que aparecen no en tumbas sino en forma de depósitos fluviales? Ya hemos dicho que el agua era un elemento de transición al Otro Mundo por lo que el arrojamiento de estas armas al agua tenía un sentido votivo, era una forma de entregar ofrendas a las divinidades que guardaban el paso al Más Allá. ¿Y qué mejor ofrenda que la espada, una espada inutilizada, “muerta”, que a través de las aguas llegaría a estos dioses?

Espada pistiliforme de Veguellina de Órbigo, León. Hallada hacia 1949 al hacer un pozo al lado del actual curso del río.

Podría pensarse que la presencia de estas armas en los fondos acuáticos sea casual o producto de un accidente: que fueran arrastradas allí tras una batalla cercana, que fueran desechadas, que se cayeran… Pero es una opción que se ha rechazado al comprobar la intencionalidad de destrucción de estas armas. Es más, no sólo han aparecido armas sino también otros elementos de la panoplia militar como en el caso de Muriel de la Fuente (Soria), donde se hallaron cascos cuya factura no parece demasiado práctica para el combate real. De la misma manera, existen espadas encontradas en lechos acuáticos que directamente no son funcionales incluso sin haber sido deformadas, como si se hubieran fabricado con la intención de servir de ofrenda y no para un uso práctico.

En resumen, los hallazgos de armas en los fondos fluviales y lacustres pueden ser interpretados como ofrendas de guerreros a las divinidades de las aguas que guardaban el paso al Otro Mundo como una forma de intentar ser favorecidos por ellas a la hora de cruzar al Más Allá. Sin embargo, siempre hay que dejar la puerta abierta a nuevas interpretaciones conforme avancen los hallazgos y conocimientos sobre el tema.

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(1) Prósper, B.M. (1997) El nombre de la diosa lusitana Nabia y el problema del betacismo en las lenguas indígenas del Occidente Peninsular en  Ilu. Revista de ciencias de las religiones Nº2. pgs:141-149
(2) Apiano, III, 31
(3) Polibio XIV, 7.5, Floro I, 34.3 y Orosio V, 7, 2-18

Bibliografía

BLÁZQUEZ, J.M. (2001) El culto a las aguas en la Hispania prerromana en Religiones, ritos y creencias funerarias de la Hispania prerromana, Madrid, pp. 109-131

FRANCISCO HEREDERO, A. (2012) Guerra y ritual en el mundo celtibérico en ARQUE_UCA nº 2, pp 48-63

GABALDÓN MARTINEZ, M.M (2010) Sacra Loca y armamento. Algunas reflexiones en torno a la presencia de armas no funcionales en contextos rituales en GLADIUS XXX, pp. 191-212

GRAELLS, R y LORRIO, A. (2013) El casco celtibérico de Muriel de la Fuente (Soria) y los hallazgos de cascos en las aguas en la Península Ibérica en COMPLUTUM, vol 24 (I), pp. 151-176

Celtica Hispana

Licenciada en Historia en la Universidad de Alcalá y dedicada desde hace años a los celtas de la Península Ibérica, emprendí esta aventura en forma de blog para dar a conocer a estos desconocidos que son los pueblos celtibéricos. Huyo de los mitos, busco el rigor histórico y muestro aquí los resultados de mis estudios e investigaciones contados de forma amena para que a nadie le dé pereza leer Historia.

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2 Respuestas

  1. Corvus Bruxo dice:

    Yo creo que tal vez sea precisamente eso: que las armas se necesitan en el Más Allá, y tal vez, si es un elemento tan importante para cada guerrero, sea personal, y tal vez, solo tal vez, haya que «matarlas aquí» y ofrecerlas ritualmente, para que lleguen allí, igual que el guerrero muere aquí y pasa unos ritos antes de llegar a donde sea que tiene que llegar.

    Mola el artículo. Saludos.

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