La adivinación y los celtíberos
La adivinación y los celtíberos es uno de los temas más enigmáticos dentro de la religión de los celtas de la Península Ibérica. Conocer la espiritualidad de los pueblos celtibéricos se basa en arañar lo poco que nos cuentan las fuentes literarias, epigráficas y arqueológicas para obtener el mayor número de evidencias posibles. Ya de por sí, ésta es una labor complicada, pero si además hablamos de religión y espiritualidad, las cosas se ponen aún más difíciles. Las creencias, los sentimientos y los pensamientos no suelen dejar su huella en las piedras.
Respecto al tema de la adivinación, los autores grecorromanos dejaron algunas de sus impresiones por escrito y gracias a ellos, tenemos algunas pinceladas acerca de cómo se ejercía esta disciplina entre los pueblos celtibéricos. Por desgracia y ya que estos escritores solían plasmar aquello que más interés o curiosidad les despertaba, hay muchos datos acerca de la adivinación y los celtíberos que no tenemos: ¿a qué divinidades se encomendaba un adivino para poner en práctica sus dones? ¿Existía una casta de sacerdotes dedicados en exclusiva a la adivinación? ¿Había ritos previos a una sesión de augurios? ¿El adivino debía someterse a un ritual preparatorio antes de lanzar sus profecías?
De momento, estas preguntas no tienen respuesta y tan sólo podemos dedicarnos a la elucubración tomando como base lo que sabemos y también mediante la comparación con otros pueblos celtas como, por ejemplo, los galos.
¿Quienes ejercían la adivinación entre los pueblos celtibéricos?
Es lógico imaginar que los augurios eran interpretados por especialistas en la materia, esto es, por sacerdotes instruidos en la adivinación. Aunque solemos manejar este término en masculino, Suetonio nos habla de una joven arévaca de Clunia que profetizó la llegada del emperador Galba al poder 200 años antes del nacimiento de éste. Se puede deducir que el área de la adivinación no estaba restringido tan sólo a los hombres aunque otra opción es que Suetonio mencionara a esa chica precisamente por resultar una excepción.
¿Cómo se hacían los augurios?
De nuevo, no contamos con demasiados detalles acerca del proceso completo de la adivinación pero sí encontramos pinceladas en los textos antiguos que nos revelan algunas de estas prácticas:
- Vuelo de las aves: según Silio Itálico, era una de las formas en las que los galaicos podían adivinar el futuro.
- Lectura de los intestinos: esta práctica adivinatoria conllevaba inevitablemente un sacrificio, animal o humano. La ejercían tanto los galaicos como los lusitanos y tienen su paralelo entre los druidas galos. Entre los lusitanos está atestiguado el sacrificio de prisioneros con este fin.
- Llamas sagradas: de nuevo es una práctica de los galaicos, aunque desconocemos el método empleado. Quizá se usaba un tipo de madera especial o se lanzaban algún tipo de hierbas sagradas al fuego para poder leer los designios en las llamas.
- Observación del rayo: llevada a cabo por los galaicos; quizá estaba asociada a una divinidad celeste del noroeste peninsular.
- Manantiales: Plinio nos cuenta que los cántabros acudían a las Fuentes Tamáricas (Velilla del Río Carrión, Palencia). Si estaban llenas de agua, se consideraba un buen augurio; si por el contrario, estaban secas, era anuncio de una desgracia.
- Venas del pecho del sacrificado: los adivinos lusitanos examinaban las venas del pecho del prisionero recién sacrificado para realizar sus augurios; de la misma forma, se fijaban también en la manera en que caía el cuerpo al suelo tras el golpe mortal.
- Ondas del agua: Suetonio cuenta que los pueblos del norte arrojaban hachas a los lagos para leer el futuro en sus ondas. Una vez más, podemos pensar que no se trataba de cualquier lago ni tampoco de cualquier hacha. Seguramente se trataría de un lago consagrado a alguna divinidad y el hacha probablemente se fabricaría para este fin.
¿Qué tribus practicaban la adivinación?
Además de galaicos, cántabros y lusitanos, como ya hemos visto, seguramente habría adivinos y augures en otros pueblos celtibéricos. El II Concilio de Braga y el XVI Concilio de Toledo aluden a la práctica de la adivinación entre los vascones, aunque ya estaríamos hablando de los siglos VI y VII d.C, así que quizá estaríamos ante la continuidad de una práctica que se llevaba haciendo desde siglos atrás.
Tanto Apiano como Plutarco nos hablan de la presencia de magos y adivinos indígenas junto a los soldados romanos que asediaban Numancia así que se puede suponer que pertenecían a pueblos celtíberos. En el contexto de los adivinos celtíberos debemos nombrar a Olíndico y su controvertida figura de jefe-sacerdote. Las fuentes aluden a él como personaje que lanzaba presagios y que además, lucía una lanza sagrada, el arma por excelencia del dios Lugh.
BIBLIOGRAFÍA
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SOPEÑA GENZOR, G. (1987) Dioses, ética y ritos: aproximación para una comprensión de la religiosidad en los pueblos celtibéricos, Prensas de la Universidad de Zaragoza