Guerreros celtibéricos en el ejército romano
Pocas imágenes tan icónicas hay como la del guerrero celtibérico enfrentándose a un legionario romano en pos de su vida y su libertad. Ahí tenemos a los cántabros y a los numantinos, sin ir más lejos, como ejemplo de resistencia y lucha contra los invasores que venían a arrebatarles su modo de vida. Sin embargo, no debemos quedarnos con esta imagen sesgada e incompleta de las relaciones entre las tribus prerromanas y los romanos a su llegada a la Península Ibérica.
Los pueblos celtibéricos y los romanos tuvieron contactos más allá de pelear entre ellos. En varias ocasiones y en especial desde la Segunda Guerra Púnica, las tribus prerromanas no dudaron en aliarse con Roma si con ello obtenían algún beneficio. Con el paso del tiempo, dejarían de ser mercenarios para convertirse en legionarios. Veamos cómo fue ese proceso.
¿Por qué aliarse con el invasor?
Primero con los cartagineses y después con los romanos, los pueblos celtibéricos no tuvieron dudas a la hora de poner sus armas al servicio de naciones extranjeras. Aunque hay quien esgrime como causa la enorme belicosidad y ganas de guerra que tenían estos pueblos, la verdad es que los motivos parecen ser más mundanos: la pobreza y la falta de tierras.
Existían desigualdades económicas entre las tribus prerromanas que hacían que algunas de ellas sufrieran escasez de recursos que les obligaban a sobrevivir de otra manera. Por ejemplo, ya sabemos que los lusitanos se lanzaban al saqueo de las regiones vecinas para compensar la falta de tierras. Los habitantes del norte de la Península Ibérica también atacaban a aquellos que vivían al pie de las montañas y tenían cultivos.

Mercenario celtíbero dibujado por Pablo Outeiral para Desperta Ferro
Tanto los cartagineses como los romanos detectaron estas necesidades y no es de extrañar que las tribus prerromanas aceptaran colaborar con ellos a cambio de aquello que necesitaban. Por supuesto, tampoco se les puede acusar de deslealtad al aliarse con cartagineses o romanos para atacar a otras tribus. Recordemos que no tenían conciencia de país ni de nación por lo que no suponía ninguna traición. La única vinculación que existía entre las distintas tribus era el beneficio mutuo en caso de existir. Precisamente esta desunión y las enemistades entre tribus fue algo muy aprovechado por Roma.
Los guerreros celtibéricos eran muy valorados tanto por cartagineses como por romanos. A pesar de lo que se suele decir, las tropas celtibéricas no se limitaban tan sólo a la famosa “guerrilla” popularizada sobre todo por Viriato. Podían llegar a ser disciplinadas y cumplir funciones importantes dentro de una maniobra de guerra coordinándose con el resto de unidades del ejército. De hecho, lusitanos y celtíberos formaban la columna vertebral del ejército cartaginés.
Mercenarios para Roma
La primera colaboración de los pueblos celtibéricos con los romanos se produce en forma de mercenariado durante las Guerras Púnicas, el enfrentamiento de Cartago contra Roma que tuvo en la Península Ibérica uno de sus más importantes escenarios. Durante los conflictos, tanto cartagineses como romanos reclutaron a distintos pueblos celtibéricos en sus filas aunque éstos también tuvieron algo que decir en más de una ocasión.
Por ejemplo, en el 217 a.C. los celtíberos se alían con Escipión y derrotan a las tropas de Asdrúbal. Años más tarde, en el 212 a.C., estos mismos celtíberos deciden abandonar a Escipión y regresan junto a Asdrúbal dos años después. En los años siguientes, 400 celtíberos serían enviados al norte de África y en torno a unos 10.000 serían reclutados por los túrdulos. Roma trata de recuperar a todos estos celtíberos perdidos pero no lo consigue ya que éstos solamente volverían junto a los romanos por un pago de 40.000 libras de plata. Como vemos, no se debe considerar a los pueblos prerromanos simples herramientas de los cartagineses y los romanos.
Tras la Segunda Guerra Púnica, Roma quiso romper la confianza que las tribus prerromanas parecían tener en Cartago: ofrecieron mejoras diplomáticas y aumentos en la paga hasta que al fin lograron que los mercenarios celtibéricos fueran decantándose progresivamente por Roma en el conflicto. Sin embargo, cuando los romanos comenzaron sus incursiones contra los pueblos del interior de la Península Ibérica, las cosas volvieron a cambiar aunque continuaron produciéndose pactos y alianzas con Roma.
Guerreros celtibéricos ahora legionarios
Tras la conquista de la Península Ibérica, la situación dio un cambio: asumida la derrota, muchos guerreros vieron una oportunidad en las legiones romanas, una salida profesional a sus costumbres guerreras. Allí tendrían una buena paga y se les recompensaría con honores. Además, tras 25 años de servicio, se les otorgaba la ciudadanía romana, adquiriendo así los mismos derechos que cualquier romano.
Los alistamientos se solían producir entre aquellos que ya habían formado parte de las tropas auxiliares del ejército romano aunque no era una condición necesaria. Los soldados celtibéricos normalmente pasaban a formar parte de unidades completas junto a otros compatriotas pero también podían incorporarse a filas de forma aislada.
En los casos en que estos soldados regresaban a sus lugares de origen lo hacían totalmente integrados en la vida romana ya que su estancia en el ejército les había hecho asimilar las costumbres de Roma. De esta forma, ya no resultaban un peligro.
Bibliografía
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interesante, y sobre todo a mi juicio… El concepto de grupo étnico que tendrian los pueblos prerromanos en general de sí mismos. Actualmente pensamos en países enteros como colectivos aglutinantes de muchos aspectos que conforman grupos culturales, étnicos, etc… Por supuesto, los celtíberos se verian superados por la gran potencia que fue Roma, y no verian casi ningún problema en buscar alianzas con los romanos. Creo que además de la visión romántica que ofrecen estos episodios de la historia antigua, mas bien tendría que ver con la dinámica de la resistencia y evolución de los mismos pueblos que, transformarian su mas pura esencia cultural con la finalidad de sobrevivir.
¡Hola Miguel!
Muy de acuerdo con tu comentario, al final se trataba de salir adelante 🙂
¡Gracias por comentar!