El guerrero celtíbero y su panoplia militar

La historia y el desarrollo de los pueblos celtibéricos son una clara muestra de que no se puede negar su carácter guerrero. Sus enfrentamientos no se produjeron tan sólo contra romanos y cartagineses sino también entre ellos, ya fuera por asuntos de delimitación de territorio, ya por los saqueos que los pueblos menos productivos realizaban sobre aquellos dedicados a la agricultura. Es el caso, por ejemplo, del hostigamiento de los lusitanos sobre otras tribus como las de los carpetanos en busca de botín. La guerra se convertía así en un factor socio-económico y también político.

Conocemos además varias de sus costumbres relacionadas con la guerra: los autores clásicos nos cuentan anécdotas como que no sabían estar sin hacer nada y que solían pelear entre ellos y organizar luchas para entretenerse y también para conmemorar a los difuntos, como sucedió en el funeral del caudillo Viriato. El máximo honor para estos pueblos guerreros era la muerte en combate tal como nos cuenta Silio Itálico. Han llegado hasta nosotros posibles reminiscencias del danzas guerreras como el paloteo tan popular prácticamente en toda la Península Ibérica y en el que los actuales palos de madera sustituyen a las espadas. No podemos olvidar tampoco la institución de la devotio, aquella por la cual los guerreros juraban fidelidad hasta la muerte a su jefe.

guerrero celtíbero contra romano

Guerrero numantino luchando contra un soldado romano: se aprecia el casco con penacho, la cota de malla, el disco-coraza, la espada de antenas y las grebas con piel

La guerra también alcanzaba el ámbito religioso. Existen múltiples testimonios acerca de dioses de la guerra y si, como decía antes, los guerreros consideraban un honor la muerte en combate era porque consideraban que era la manera de llegar directamente junto a los dioses, ascendiendo a los cielos tras ser ingeridos sus cadáveres por los buitres. Incluso las armas tenían un lugar dentro de la religión; son bien conocidos los depósitos de armas en las aguas a modo de ofrendas por parte de los guerreros.

Por tanto, hoy voy a hablar de la panoplia del guerrero celtíbero, la cual conocemos gracias a las fuentes clásicas y a la arqueología, especialmente los ajuares funerarios. Aún así, debemos ser conscientes de que las armas y demás panoplia hallada en las tumbas suelen representar a sectores concretos de la sociedad celtibérica, por lo que, como siempre, la precaución debe estar presente.

A pesar de que los autores grecolatinas han tendido a tratar a estos pueblos como bárbaros y salvajes, el trabajo del hierro y la factura de armas demuestra que eran sofisticados -al menos en este sentido- y tenían grandes conocimientos al respecto, seguramente infravalorados por griegos y romanos a pesar de que, por ejemplo, éstos últimos adoptaron la gladius hispaniensis tras conocer las espadas celtíberas.

He decidido simplificar la descripción de la panoplia y tratar de unificar en la medida de lo posible sus características. No solamente existe una evolución cronológica en armas y demás objetos sino que además, también hay algunas diferencias tipológicas según la zona geográfica. Atender a esto supondría un trabajo mucho más amplio de lo que quiero presentar aquí, por lo que ofreceré un esbozo básico de cada objeto con la idea de crear una idea general.

Cascos

Básicamente podemos destacar dos modelos, el Montefortino y el hispano-calcídico. A éste

guerrero celtibero

Representación de guerrero celtíbero en «El cerco de Numancia» (2015). Fuente: Asociación ACC Tierraquemada

último pertenecen aquellos cascos expoliados de Aranda del Moncayo. Los cascos se presentan como una expresión de poder, especialmente aquellos que presentaban penachos y plumas a modo de ostentación. Los cascos encontrados presentan carrilleras, cubrenucas y un remate superior de forma cónica o esférica. Seguramente el interior estaba forrado con fibras vegetales, telas o cualquier otro material perecedero que ayudaría a que el casco se ajustara perfectamente a la cabeza. La cabeza tenía un gran valor para los celtíberos así que es fácil imaginar la importancia del casco para el guerrero no sólo como protección física para la cabeza sino como una simbología relacionada con el alma.

Escudos

El característico escudo circular del que nos habla Estrabón se ha denominado caetray estaba hecho bien de cuero, bien de madera forrada de piel, predominando con el tiempo este último material al ser más resistente. Su tamaño oscilaba entre los 50 y 70 centímetros de diámetro, pesando algunos de ellos hasta 8 kilos. A pesar de que pueden parecer pequeños, es la medida exacta para proteger el torso de un hombre. Algunos presentaban remaches de bronce repujado que aunque no ofrecían una protección extra, sí conseguían que el aspecto del escudo fuera más imponente. Tito Livio asegura, en cualquier caso, que esta decoración con tachones de bronce servía para identificar a los diferentes clanes, por lo que serían un símbolo de estatus social y pertenencia familiar. Sobre los lusitanos, Estrabón nos describe escudos de dos pies de diámetro, cóncavos y sujetos con correas al no tener empuñaduras ni asas. Los cántabros, además de la caetra, tenían escudos de forma hexagonal de tipo celta y otro modelo circular cóncavo.

Corazas

Estrabón nos dice que los lusitanos llevaban corazas de lino aunque también menciona a una minoría que usaría cota de malla, seguramente las clases más pudientes. Sí son más abundantes los discos-coraza, consistentes en dos discos, uno sobre el pecho y otro a la espalda, unidos por tiras de cuero o por cadenas de bronce o hierro. Existen ejemplares estupendos de estos discos-coraza que además, suelen tener una decoración muy rica y simbólica propia del carácter celtíbero. No parecen dar sensación de protección así que quizá fueran un elemento de prestigio y notoriedad para el guerrero que lo llevara.

Grebas

A modo de grebas se solía usar lana, pieles y también cuero. En el famoso «vaso de los guerreros» y otras piezas numantinas se puede constatar el uso de las grebas por el guerrero celtíbero.

Espadas

La espada más característica del guerrero celtíbero es la espada de antenas, cuyo origen Fernando Quesada sitúa en la espada gala de La Tène I. Sus rasgos más destacados son la robustez de su hoja y el doble filo, convirtiéndola en un arma tan resistente como letal y que sorprendió a los foráneos por su efectividad en el combate. Dentro de las espadas de antenas existen varias tipologías de las que hablaré en otra ocasión aunque todas coinciden en el doble filo y en la punta triangular afilada. Las espadas solían llevarse en fundas de cuero que iban protegidas por un armazón de hierro que a su vez, contaba con anillas para poder llevarse colgadas de la cintura. La excelente calidad de estas piezas venía dada por el hierro utilizado y por la combinación de fuego y agua en su fabricación.

jefe astur

Moneda de Carisio representando la panoplia de un jefe astur (Imagen de http://mauranus.blogspot.com.es/)

Puñales

También existen varias tipologías de puñales, destacando los biglobulares. Este tipo de puñales adquiere este nombre por los dos discos que presentan en la empuñadura, uno más grande que otro, y que tenían una función clara: el grande del extremo serviría para apoyar el pulgar y hacer fuerza al clavar (estilo picahielos) y el pequeño ocuparía el hueco de la palma al cerrar la mano, proporcionando más solidez en el agarre. Sólo presentan una nervadura central, por lo que son muy rígidos y resistentes, y eso, aunado a su doble filo, convertían a estos puñales en armas mortíferas con las que alcanzar y desgarrar órganos internos sin necesidad de portar un arma aparatosa o incómoda de llevar. Los puñales se llevarían cerca de la cintura para que fuera fácil recurrir a ellos.

Lanzas

Se diferencian del pilum romano y del soliferreum íbero en que no era metálica en toda su extensión sino sólo en la punta. Según Estrabón, esta punta era de bronce, al menos en el caso de los lusitanos. Destacan las puntas de lanza tubulares, cuya forma deja patente la manera en que estas piezas de metal se acoplaban al mango de madera. El uso de la lanza no sólo estaba asociado a la infantería sino también a los jinetes, como podemos ver en algunas monedas de cecas celtibéricas. La tipología es básica y depende del uso: las lanzas más ligeras se empleaban como arma arrojadiza y las más pesadas, para acometer con ellas desde el caballo.

Hasta aquí los elementos básicos del guerrero celtíbero y una breve descripción de cada uno de ellos. Como se ve, los pueblos celtibéricos contaban con un sistema defensivo y de ataque tan eficaz que unido a su fiereza y valentía dieron más de un dolor de cabeza al ejército romano. Aunque finalmente las circunstancias hicieron que estos pueblos fueran derrotados, el testimonio de aquellos tiempos nos sigue hablando de guerreros bravos sin miedo a la muerte que lucharon por su libertad y que no eran tan salvajes ni incivilizados como los autores grecolatinos quisieron hacer ver.

Asociación ACC Tierraquemada

Bibliografía

LORRIO ALVARADO, A. (2005) Los celtíberos, Universidad de Alicante
PERALTA LABRADOR, E. (2003) Los cántabros antes de Roma, Real Academia de la Historia
QUESADA SANZ, F. (coor) (2002) La guerra en el mundo ibérico y celtibérico (ss VI-II a.C.), Casa de Velázquez
QUESADA SANZ, F. (2006) Los celtíberos y la guerra: tácticas, cuerpos, efectivos y bajas. Un análisis a partir de la campaña del 153 en Segeda y su contexto histórico. Entre Catón y Nobilior, Centros de Estudios Celtibéricos de Segeda, Zaragoza, pp. 149-167
SALINAS DE FRÍAS, M. (2010) Sobre algunos textos clásicos referentes a la caballería de los celtíberos y al simbolismo de sus armas en Gladius XXX, pp. 137-154
SÁNCHEZ MORENO, E. (2003) Ajuar guerrero celtibérico de Aguilar de Anguita (Guadalajara) en Las armas: defensa, prestigio y poder, Museo Arqueológico Nacional de Madrid

Celtica Hispana

Licenciada en Historia en la Universidad de Alcalá y dedicada desde hace años a los celtas de la Península Ibérica, emprendí esta aventura en forma de blog para dar a conocer a estos desconocidos que son los pueblos celtibéricos. Huyo de los mitos, busco el rigor histórico y muestro aquí los resultados de mis estudios e investigaciones contados de forma amena para que a nadie le dé pereza leer Historia.

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2 Respuestas

  1. Alicia Judith Hernández Ratón dice:

    Felicidades por tu artículo!
    Me ha encantado y me resultará, tanto el artículo como su bibliografía, muy útiles. Estoy muy interesada en historia ibera. Gracias y felicidades de nuevo.

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